Avon, la emblemática compañía de cosméticos con más de 135 años de historia, ha anunciado su quiebra en Estados Unidos, una decisión que marca un punto crítico en su lucha por mantenerse relevante en un mercado cada vez más competitivo. A lo largo de los años, la empresa ha experimentado un declive en sus ventas, agravado por la presión de nuevas marcas y cambios en los hábitos de consumo, lo que ha deteriorado su situación financiera.
Para enfrentar esta crisis, Avon se ha acogido al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras, un movimiento estratégico que le permitirá reestructurar su deuda y buscar una salida sostenible a sus problemas económicos. La empresa planea seguir operando durante el proceso de quiebra, enfocándose en mantener su presencia en el mercado y recuperar la confianza de los consumidores.
A pesar de la quiebra, Avon ha asegurado a sus clientes que continuará ofreciendo sus productos y servicios de manera habitual mientras trabaja en su reestructuración. La compañía considera que este paso es necesario para adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado y garantizar su supervivencia a largo plazo.
Este anuncio se produce en un contexto donde la industria de la belleza está evolucionando rápidamente, con un enfoque creciente en el comercio electrónico y productos más personalizados, lo que plantea grandes desafíos para empresas tradicionales como Avon. –El Colombiano–
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