Los herbicidas ecológicos, basados en compuestos orgánicos y biodegradables, se han convertido en una herramienta esencial para la agricultura sostenible. Estos productos no solo combaten patógenos y plagas de manera efectiva, sino que también contribuyen a la sanación del medioambiente utilizando los propios recursos naturales.
Ante la amenaza del calentamiento global, la descarbonización y la protección medioambiental se han convertido en imperativos respaldados por la comunidad científica. En este contexto, la agricultura ecológica ha ganado terreno al aprovechar los recursos naturales para producir alimentos sin dañar el ecosistema. Sus posibilidades son enormes.
Fertilidad saludable
Uno de los principales objetivos de la agricultura ecológica es potenciar la fertilidad y la salud de los suelos. Para ello, se evita el uso de insecticidas, fungicidas y herbicidas químicos, promoviendo en su lugar herbicidas ecológicos libres de sustancias sintéticas y contaminantes. Hortensia Lemaitre y José Gállego, en su libro “Cómo cultivar una lechuga y comer sano”, explican que “el agricultor ecológico no usa abonos químicos, sino que elabora sus propios fertilizantes orgánicos y combate las plagas con predadores naturales o productos poco tóxicos como el aceite de neem, aceites vegetales, microorganismos como Bacillus thuringiensis o fungicidas como el azufre y el cobre”.
Asociaciones ecologistas como Greenpeace advierten sobre los peligros que representan las sustancias químicas de los plaguicidas para la salud humana y el medioambiente, y subrayan que el uso intensivo de estos productos es característico de la agricultura industrial. “Se puede aumentar la fertilidad del suelo sin usar sustancias químicas. Los herbicidas más naturales se degradan poco a poco, y apostar por sistemas menos corrosivos para el medioambiente resulta más económico a largo plazo”, afirma Greenpeace.
Fórmulas biodegradables
La principal característica de cualquier herbicida ecológico es que sus principios activos son orgánicos y excluyen las sustancias químicas. La mayoría de estos herbicidas se elabora a partir de aceites esenciales, aceites minerales y aditivos que se degradan en sustancias minerales no contaminantes. Algunos productos también incluyen componentes derivados de hierbas y árboles como el eucalipto y el ácido acético.
Para una exitosa conversión ecológica de una explotación agraria o ganadera, es necesario adaptar todos los procesos de cultivo para minimizar la contaminación y los impactos negativos sobre el medioambiente. La elección de fertilizantes y herbicidas adecuados a las características del suelo y los cultivos es crucial, así como adoptar prácticas que frenen la deforestación y conserven la capacidad natural de captación de CO2.
Más beneficios, menos esfuerzos
El Centro de Investigación y Formación en Agricultura Ecológica y Desarrollo Rural de Granada sostiene que es posible mejorar los rendimientos y reducir costos mediante un mayor acoplamiento de la agricultura al territorio. Estrategias como el uso de compost de residuos vegetales y animales, el incremento de la biodiversidad funcional, el empleo de abonos verdes y cubiertas vegetales temporales, y la introducción de ganado para el control de flora arvense, implican un esfuerzo inversor pequeño en comparación con sus beneficios potenciales.
Los herbicidas ecológicos también contribuyen a conservar las reservas hídricas, reducir la contaminación de acuíferos, y fomentar la biodiversidad. Además, al requerir más mano de obra, fomentan el empleo y el emprendimiento rural, manteniendo así la población en zonas rurales.
Según la Sociedad Española de Agricultura Ecológica/Agroecología (SEAE), la agricultura ecológica puede reducir hasta un 15% el consumo de energía y, al no depender de pesticidas y fertilizantes sintéticos, disminuye los riesgos sanitarios para los agricultores. Los productos obtenidos pueden obtener sellos de agricultura ecológica, añadiendo valor y abriendo puertas a nuevos mercados y consumidores que buscan alimentos más naturales y libres de sustancias químicas.—PrimeraEdicion—
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