La tensión política en Venezuela se ha intensificado antes de las elecciones presidenciales de este fin de semana, tras la prohibición de un vuelo en Panamá y la deportación de varios observadores electorales.
Este viernes, las autoridades venezolanas impidieron el despegue de un vuelo de Copa Airlines desde el aeropuerto de Tocumen, en Panamá, que transportaba a exgobernantes latinoamericanos que iban a actuar como observadores electorales. Entre los pasajeros se encontraban los exmandatarios Mireya Moscoso (Panamá), Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), Jorge Quiroga (Bolivia) y Vicente Fox (México), todos miembros de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (Grupo IDEA), críticos del gobierno de Nicolás Maduro. La denuncia fue realizada por el presidente panameño, José Raúl Mulino.
“Vimos lágrimas, gente llorando diciéndonos: ¡por favor, quédense, no se vayan!”, relató Moscoso en una rueda de prensa. Vicente Fox calificó el incidente como una “mala señal”.
Asimismo, diez congresistas y eurodiputados del Partido Popular español, junto con una parlamentaria de Colombia y otra de Ecuador, denunciaron su deportación al llegar al aeropuerto de Maiquetía, cerca de Caracas. “Nos expulsan (…) Lamentablemente la policía de Maduro es implacable”, declaró en la red social X el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado.
Un funcionario de Estados Unidos, bajo anonimato, solicitó al gobierno venezolano reconsiderar su decisión y permitir una mayor presencia internacional. Estos eventos se suman a las preocupaciones regionales tras una advertencia de Maduro sobre “un baño de sangre” si la oposición gana, lo que motivó la reacción de los presidentes de Brasil y Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Gabriel Boric.
El presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, afirmó que “todo está listo” para las elecciones, mientras el proceso de instalación de más de 30,000 mesas de votación avanzaba, marcado por denuncias de retrasos por parte de activistas opositores. El ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, defendió el despliegue del Plan República, encargado de la seguridad durante los comicios, y desestimó las acusaciones de que la Fuerza Armada actuará como árbitro.
Edmundo González Urrutia, el principal rival de Maduro, ha pedido a la Fuerza Armada “respetar y hacer respetar” los resultados electorales. María Corina Machado, inhabilitada políticamente junto a otros líderes opositores, agradeció la solidaridad de los presidentes de Argentina, Paraguay y Uruguay en su “lucha por la democracia”.
Además, la ONG de derechos humanos Foro Penal denunció que 135 personas vinculadas con la campaña de González Urrutia han sido arrestadas, de las cuales 47 permanecen detenidas. Según el director de la ONG, Gonzalo Himiob, estos arrestos son parte de una ola de 149 detenciones arbitrarias con motivos políticos desde enero.
Con 21 millones de venezolanos llamados a votar y 10 candidatos en la contienda, las encuestas favorecen a González Urrutia. Sin embargo, el chavismo desestima estas encuestas y acusa a la oposición de planear desconocer los resultados y fomentar la violencia.
Esta situación refleja la complejidad y la polarización en la que se encuentra Venezuela, con un futuro incierto y lleno de desafíos para el pueblo venezolano.–Blu Radio–
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