Un triplete de Lookman abrió palmarés de italianos y castigó al equipo de Gustavo Puerta.
Por si a alguien le cabía alguna duda, Atalanta acudió a Irlanda a comerse crudo el invicto de Bayer Leverkusen y así lo hizo. No era casualidad que fuera verdugo de Liverpool y otros ilustres europeos. Fue por el primer título de su historia y no permitió, ni por un segundo, que nadie lo pusiera en duda.
Atalanta goleó 3-0 a Bayer Leverkusen, el equipo sensación de Europa, y festejó, de la mano de un inspirado Lookman, el primer gran título de su historia. Más merecido, imposible.
Fue una generosa dosis de su propia medicina para el Leverkusen: Atalanta le puso la cara desde el pitazo, lo presionó en la salida, le movió la pelota de banda a banda y, cuando se abrió un camino, fue letal. Así como el campeón de Bundesliga, así tal cual…
Por esa vía, a los 12 minutos, cayó el primer en una jugda toda de Zappacosta, que tomó aprovechó una recuperación por banda, se metió al área y levantó la cabeza para ubicar a Lookman llegando por la otra punta, madrugándole a un lento Palacios y capitalizando de entrada para el 1-0.
No entendía bien su error el equipo de Xabi Alonso, que tardó en procesar el golpe y justo cuando empezaba a acercarse a predios italianos recibió un nuevo golpe: el nigeriano tomó un pase largo, enfiló hacia la puerta, sacó a pasear a Xhaka y soltó un remate divino, potente y ubicado, imposible para Kovar. Golazo. Y a los 26 minutos ya ganaba Atalanta, rápido y letal, como contra Liverpool, como más lo temía el equipo del colombiano Gustavo Puerta, quien fue suplente.
Y para el complemento, la versión más italiana del Atalanta: después de un primer tiempo de vértigo y asfixiante proyección al ataque era momento de replegarse, de esperar más en campo propio a la esperable reacción del campeón alemán y dedicarse a reventarlo todo, sin pena, sin recato, para defender la ventaja… y en una de esas aprovechar un contragolpe.
¿Adivinen quién? Pues la rueda suelta, la pieza que nunca logró descifrar Xabi Alonso, la pesadilla de un Leverkusen jugado que vio a Lookman hacerle tres goles, el tercero en una fenomenal descolgada y mejor resolución de cara a puerta a los 75 minutos.
Y se acabó todo, y nunca encontró las sociedades, la pegada ni la precisión de los 51 partidos de un invicto que se escurrió entre las manos de Xabi, resumen de la frustración de su equipo.
Atalanta dio una fabulosa lección de ambición y efectividad durante toda la competencia y con un plan inteligente y pleno de sacrificio y despliegue físico, se quedó con el título que cierra una temporada con corona continental y gran posibilidad de cupo a Champions League. Chapeau a los italianos, adiós a la ilusión de un colombiano, Gustavo Puerta, de ser campeón continental.
Foto: AFP
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