La muerte del presidente iraní, Ebrahim Raisi, en un accidente de helicóptero, allana el camino para la celebración de nuevas elecciones presidenciales en el país.
No se espera, sin embargo, que la desaparición del clérigo de línea dura, que ocupaba el cargo desde 2021, afecte a la dirección política de Irán ni sacuda a la República Islámica de forma significativa, ya que el poder recae en última instancia en el líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei..
Pero sí pondrá a prueba un sistema en el que la línea más dura de la ya de por sí conservadora dirigencia iraní domina, actualmente, todas las ramas del poder, tanto electas como no electas.
La constitución iraní establece de forma clara qué hacer en caso de que el presidente sea incapaz de desempeñar sus funciones debido a una enfermedad, muerte o juicio político y destitución por parte del parlamento.
Tras la muerte de Raisi, el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, ha nombrado al hasta ahora primer vicepresidente Mohammad Mokhber para dirigir los asuntos del país.
En el accidente falleció asimismo el ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, que también deberá ser reemplazado.
Mokhber organizará, junto con los jefes del parlamento y del poder judicial, nuevas elecciones presidenciales, que deberán celebrarse en un plazo de 50 días.
Los últimos comicios fueron polémicos, ya que se prohibió postularse a todos los los rivales serios del presidente, despejando el camino para que Raisi asumiera el cargo.
No obstante, la participación fue escasa, ya que la que una mayoría boicoteó la cita al considerar que se trataba de unas elecciones amañadas.
Tampoco se espera que la muerte de Raisi provoque cambios en la política regional.
“Hezbolá, principal aliado de Irán en Líbano, ha expresado sus condolencias, pero su senda de apoyo a Irán no se verá interrumpida”, analiza Lina Sinjab, corresponsal de la BBC en Medio Oriente.
“Las elecciones presidenciales anticipadas podrían brindar a Jamenei y a las altas esferas del Estado la oportunidad de revertir esa trayectoria y dar a los votantes un camino de regreso al proceso político”, sostiene Mohammad Ali Shabani, editor del sitio web de noticias Amwaj.media, que habló con la BBC.
“Pero, lamentablemente, hasta ahora no hemos visto indicios de que el Estado esté preparado y dispuesto a dar ese paso“, agrega.
Para estos próximos comicios no parece haber un sucesor obvio, ni siquiera dentro de las filas de Raisi.
“Hay diferentes bandos dentro de este grupo conservador, incluidos individuos que son más duros y otros considerados más pragmáticos”, analiza para la BBC Hamidreza Azizi, miembro visitante del SWP, un grupo de expertos con sede en Berlín.
Esto intensificará, según el investigador, la actual competencia por ocupar posiciones dentro del nuevo parlamento y a nivel local.
Pero lo más probable es que las próximas elecciones presidenciales sean poco emocionantes, argumenta Parham Ghobadi, reportero sénior del servicio persa de la BBC.
Dado que Irán necesita un nuevo presidente en 50 días, “es probable que se repita el mismo escenario de 2021, donde un solo hombre de línea dura, leal al líder supremo, estará calificado para postularse y ganar en unas elecciones aburridas”, sospecha Ghobadi. —- BBC News —
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