Un reciente informe emitido por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) ha ajustado la fecha de llegada del fenómeno de La Niña, que se espera ahora para septiembre de este año. Este cambio se debe a variaciones observadas en las condiciones oceánicas y atmosféricas, que sugieren una aceleración en el desarrollo de este evento climático.
La NOAA había previsto inicialmente que La Niña se manifestaría hacia finales de 2024 o principios de 2025. Sin embargo, las nuevas proyecciones apuntan a una aparición más temprana, lo que podría tener implicaciones significativas en los patrones climáticos globales. La Niña, caracterizada por el enfriamiento de las aguas superficiales del océano Pacífico, suele desencadenar fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias intensas en algunas regiones y sequías en otras.
Expertos en meteorología advierten que la anticipación de La Niña podría agravar los impactos climáticos en varias zonas del mundo, especialmente en América Latina, donde se espera que la temporada de lluvias se intensifique. Además, el fenómeno podría interferir con la recuperación agrícola en regiones que aún se recuperan de eventos climáticos anteriores.
Ante este escenario, las autoridades han comenzado a tomar medidas preventivas para mitigar los efectos adversos que La Niña podría causar en las economías y comunidades vulnerables. La actualización de los pronósticos subraya la necesidad de preparación ante el fenómeno, cuyas consecuencias podrían sentirse durante los próximos meses. — la tercera–
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