El 6 de junio de 1944, varios paracaidistas saltaron desde aviones y descendieron sobre los ahora pacíficos cielos de Normandía, Francia, donde alguna vez hubo guerra. Este salto marcó, al igual que lo hicieron cientos de soldados hace ocho décadas, el inicio de las conmemoraciones por los 80 años de uno de los hitos que marcaron el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial: el ‘Día D’, cuando comenzó la denominada Operación Overlord. ¿En qué consistió y cuál fue su repercusión? En France 24 lo explicamos.
Cerca de 7.000 barcos, 10.000 vehículos y 156.000 soldados de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia y otros países cruzaron el Canal de la Mancha y atacaron al Ejército alemán en cinco zonas de la costa de Normandía.
Esta ofensiva, planificada con meses de antelación, engañó a los nazis sobre el lugar y la fecha exacta de la invasión. Operaciones de inteligencia como ‘Fortitude’ fueron esenciales para el éxito del ‘Día D’, al hacer creer a los alemanes que el desembarco ocurriría en Pas-de-Calais en lugar de Normandía.
La operación Overlord, nombre en clave para el desembarco de Normandía, se llevó a cabo en las playas de Utah, Omaha, Gold, Juno y Sword. Las fuerzas aliadas llegaron por el Canal de la Mancha a una de las regiones más fortificadas del régimen nazi. Con franjas de trampas y defensas, cualquier intento de desembarco se consideraba prácticamente un suicidio.
El fotógrafo Robert Capa capturó en su lente la magnitud de la batalla, demostrando lo compleja y arriesgada que fue esta operación. Los soldados se cubrían detrás de los primeros tanques y embarcaciones que llegaron a la playa de Omaha, con el objetivo de llegar hasta los búnkeres alemanes sobre un acantilado. Una de las brigadas norteamericanas tuvo la titánica tarea de escalar dichos muros hasta llegar al enemigo y neutralizarlo.
El éxito de esta operación permitió a los aliados avanzar dentro del territorio francés. Al final del día, 155.000 tropas aliadas tomaron el control de 80 millas cuadradas de la costa francesa, el inicio de una operación que culminaría con la liberación de París en agosto de 1944. ¿Qué hubiese pasado si la operación fracasaba?
El comandante supremo de las fuerzas aliadas, el general Dwight Eisenhower, se adelantó a esta posibilidad. Luego de dar la orden final para iniciar la invasión en Normandía, escribió una nota que esperaba nunca tener que publicar. El texto decía:
“Nuestra invasión no ha logrado un resultado satisfactorio y he ordenado el retiro de las tropas. Mi decisión de atacar en este momento y lugar se basó en la mejor información disponible. Los soldados, aviadores y marineros cumplieron su deber con la mayor devoción y valentía. Si hay alguna culpa o falla relacionada con este intento, es únicamente mía.”
Sin embargo, este escenario nunca se materializó y la operación concluyó con la victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
En la búsqueda de nuevos archivos o documentos de la época, el diario británico ‘The Guardian’ reveló otra carta que tampoco llegó a su destinatario y que no solo revela tensiones en las filas aliadas, sino que, de haber llegado a destino, habría cambiado el curso de las relaciones de los aliados con el movimiento de resistencia francés.
Horas antes del operativo militar, el entonces primer ministro de Reino Unido, Winston Churchill, había invitado al general Charles de Gaulle a volar a Londres, para informarle de la misión y con el objetivo de que el militar francés accediera a colaborar en algunos puntos importantes para el operativo.
Pero las cosas no salieron según lo planeado y Churchill en la misiva reprende a De Gaulle por no querer ayudar a la alianza en la transmisión de un discurso antes del desembarco y por bloquear el envío de 120 oficiales de enlace franceses para acompañar a las tropas aliadas en Francia. De Gaulle cedió, en parte, en ambos puntos, por lo que la misiva no fue enviada, pero la furia de Churchill quedó registrada en la carta de dos páginas.
“He intentado mucho en muchas ocasiones, durante cuatro años, establecer una base razonable para una camaradería amistosa con usted. Su acción en este momento me convence de que esta esperanza ya no existe”. Winston Churchill, junio de 1944.
Este 2024, como cada año, cientos de veteranos llegan a conmemorar el ‘Día D’ con grandes ceremonias y con todos los honores.
Las mujeres también fueron una pieza fundamental de esta operación. Cristian Lamb, que se unió al Servicio Naval Real de Mujeres (Wrens) de Reino Unido, aunque tiernamente cuenta que una de las razones por las que se unió fue por el sombrero particularmente bonito del uniforme, su aporte fue crucial para la llegada de las tropas británicas.
“En mi pequeña oficina, debajo de las escaleras en Whitehall, estaba haciendo mapas de los verdaderos lugares de aterrizaje para la invasión. Los lugares fueron señalados por mí en un mapa a gran escala de Francia. Mi tarea era delinear todo lo que se podía ver, desde cada posición de aterrizaje, desde un puente hasta una lancha de desembarco que se acercaba. Esto fue para que cualquiera de nuestros hombres que llegara a la costa pudiera usar las lecturas de mi mapa para obtener información identificable de dónde se encontraban”. Christian Lamb, exoficial del Servicio Naval Real de Mujeres (Wrens).
El legado del ‘Día D’ sigue vivo, no solo en los monumentos y ceremonias que marcan los eventos de esta conmemoración, sino también en la memoria colectiva y, sobre todo, en los sobrevivientes que han contado a sus hijos, nietos y al mundo esta heroica hazaña. Una memoria que rinde tributo a los cerca de 10.000 soldados aliados que murieron o fueron heridos ese día. – DW-
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