La película “Bogotá: City of the Lost”, producida por Corea del Sur y disponible en Netflix, ha generado un intenso debate por su representación de la capital colombiana como un epicentro de crimen y contrabando. A pesar de que la cinta muestra una Bogotá sumida en la violencia y la corrupción, sorprende que no haya habido una oleada de quejas por parte de los colombianos, algo que contrasta con reacciones anteriores a producciones similares.
Dirigida por Kim Seong-je y protagonizada por el reconocido actor surcoreano Song Joong-ki, la película narra la historia de un joven inmigrante coreano que, tras la crisis financiera asiática de 1997, llega a Bogotá en busca de oportunidades, pero termina involucrado en el mundo del contrabando. La trama, que incluye referencias a figuras criminales como alias “Papá Pitufo”, ha sido comparada con escándalos reales de corrupción en Colombia, lo que ha llevado a algunos a cuestionar si la realidad supera a la ficción.
A diferencia de otras producciones extranjeras que han sido criticadas por perpetuar estereotipos negativos sobre Colombia, como la película *Medellín* de Prime Video, *”Bogotá: City of the Lost”* ha logrado evitar un rechazo masivo. Esto podría deberse a que la cinta no se centra en el narcotráfico, sino en el contrabando de mercancías como ropa interior, un enfoque que ha sido descrito como “único” por el actor Lee Hee-joon.
A pesar de su éxito en Netflix, donde se ha posicionado como una de las películas más vistas en 87 países, incluyendo Colombia, la cinta no tuvo un buen desempeño en los cines de Corea del Sur, donde solo atrajo a 400,000 espectadores. Song Joong-ki, visiblemente emocionado durante un evento promocional, expresó su gratitud por el apoyo del público, aunque reconoció las dificultades que enfrenta la industria cinematográfica coreana.
La película también ha sido elogiada por su producción, que incluyó locaciones emblemáticas de Bogotá, como el barrio Egipto y el Salto del Tequendama, así como por la contratación de más de 200 colombianos durante la preproducción, gracias a los incentivos de la Ley 1556. Sin embargo, algunos críticos señalan que la ciudad fue retratada de manera genérica, sin aprovechar plenamente su riqueza cultural.
En conclusión, *”Bogotá: City of the Lost”* ha logrado captar la atención global, pero también ha abierto un debate sobre cómo se representa a Colombia en el cine internacional. Aunque ha evitado las críticas masivas, su narrativa sigue siendo un recordatorio de los desafíos que enfrenta el país para cambiar su imagen en el exterior. —El Espectador—
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