Buenaventura, 10 de marzo de 2025 – En un hecho inédito que ha generado expectativa y escepticismo en igual medida, bandas criminales que operan en Buenaventura, Valle del Cauca, han llegado a un acuerdo para no reclutar a menores de edad en sus filas. Este pacto, anunciado en medio de una creciente ola de violencia en la región, busca reducir el impacto del conflicto armado en la población juvenil y adolescente, uno de los sectores más vulnerables de la comunidad.

Según fuentes locales y líderes comunitarios, la decisión fue tomada tras una serie de diálogos internos entre los grupos armados, quienes reconocieron el daño generado por la vinculación de niños y jóvenes a actividades ilícitas. Este fenómeno, que ha afectado a cientos de familias en Buenaventura, ha sido señalado como una de las principales causas del ciclo de violencia y pobreza en la zona.
El acuerdo, sin embargo, ha sido recibido con cautela por las autoridades y organizaciones defensoras de derechos humanos. “Es un paso positivo, pero no podemos olvidar que estas bandas siguen operando fuera de la ley. El reclutamiento de menores es solo una de las muchas problemáticas que aquejan a Buenaventura”, afirmó María Fernanda López, representante de una ONG local.
Buenaventura, uno de los puertos más importantes de Colombia, ha sido históricamente escenario de disputas territoriales entre grupos armados, lo que ha generado altos niveles de violencia, desplazamiento forzado y pobreza. Según datos recientes, más del 60% de la población vive en condiciones de vulnerabilidad, y la falta de oportunidades ha llevado a muchos jóvenes a caer en las redes del crimen organizado.
El gobierno nacional, por su parte, ha manifestado su disposición a apoyar iniciativas que protejan a los menores, pero ha insistido en la necesidad de desmantelar por completo las estructuras criminales. “No basta con acuerdos parciales. Debemos trabajar en conjunto para garantizar la seguridad y el futuro de los jóvenes en Buenaventura”, declaró el ministro del Interior, Juan Carlos Ramírez.
Mientras tanto, la comunidad de Buenaventura espera que este pacto sea el inicio de un cambio real en la región. “Queremos paz y oportunidades para nuestros hijos. Este acuerdo es una luz de esperanza, pero necesitamos acciones concretas y sostenibles”, expresó doña Rosa, madre de tres hijos y residente del distrito de Lleras.
El tiempo dirá si este compromiso se traduce en una disminución real del reclutamiento de menores o si, por el contrario, queda como un gesto simbólico en medio de un conflicto que parece no tener fin. Por ahora, la atención está puesta en la implementación de medidas que protejan a los niños y jóvenes de Buenaventura, mientras se buscan soluciones integrales para una de las regiones más golpeadas por la violencia en Colombia. —Caracol Radio.—
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