El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado la reapertura de la icónica prisión de Alcatraz, ubicada en una pequeña isla frente a la costa de San Francisco, California. Esta cárcel de máxima seguridad, conocida como “La Roca”, estuvo operativa entre 1934 y 1963 y ahora será restaurada para alojar a los “delincuentes más despiadados y violentos” del país, según anunció el mandatario a través de su cuenta en Truth Social. La decisión también incluye la posibilidad de enviar a inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales, lo que ha desatado una ola de controversia.
Trump comunicó este domingo que la reapertura de Alcatraz forma parte de una estrategia para endurecer la lucha contra la delincuencia en Estados Unidos. En su declaración, afirmó: “Ya no toleraremos a esos delincuentes reincidentes que siembran la podredumbre, el derramamiento de sangre y el caos en nuestras calles”. Además, ordenó a la Oficina Federal de Prisiones (BOP), el Departamento de Justicia, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional trabajar en conjunto para hacer realidad esta medida.
El mandatario también sugirió que la prisión podría servir para recluir a inmigrantes indocumentados, señalando: “No seremos rehenes de criminales, matones y jueces que temen hacer su trabajo y nos permiten expulsar a delincuentes que ingresaron ilegalmente a nuestro país”. Esta propuesta se alinea con políticas migratorias previas de Trump, como el envío de migrantes a la base naval de Guantánamo o a la megacárcel Cecot en El Salvador.
Alcatraz es famosa por su ubicación en una isla rodeada por las frías aguas del océano Pacífico, lo que la convirtió en una prisión prácticamente inescapable durante sus años de operación. Entre sus reclusos más conocidos estuvieron Al Capone y George “Ametralladora” Kelly. La cárcel cerró en 1963 debido a los altos costos de mantenimiento y al deterioro de sus instalaciones, aunque la fuga de tres prisioneros en 1962 también marcó su historia. Desde entonces, la isla ha sido un sitio turístico gestionado por el Servicio de Parques Nacionales.

La decisión ha sido ampliamente cubierta por medios internacionales también han informado sobre el anuncio.
Sin embargo, la medida no ha estado exenta de críticas. Algunos expertos y detractores argumentan que reabrir Alcatraz es innecesario y costoso, dado que el sistema penitenciario federal ya cuenta con 16 cárceles de alta seguridad. Además, la idea de enviar inmigrantes indocumentados a la prisión ha sido calificada como una escalada en las políticas migratorias de Trump, que ya enfrentan acusaciones de violar derechos humanos. En marzo de 2025, por ejemplo, Estados Unidos envió a más de 200 migrantes venezolanos a la cárcel Cecot en El Salvador, acusados de pertenecer al Tren de Aragua, lo que generó demandas legales.
Trump defiende su decisión como un “símbolo de la ley, el orden y la justicia” que ayudará a “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”. Sin embargo, la reapertura de Alcatraz enfrenta desafíos logísticos y financieros significativos, ya que la infraestructura lleva más de 60 años inactiva. La coordinación entre agencias federales será clave para superar estos obstáculos y materializar el proyecto.
Mientras tanto, la noticia sigue generando debate en el ámbito político y social, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, consolidándose como uno de los temas más polémicos de la agenda actual. —Blu Radio —
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