Un devastador incendio de sexta generación, caracterizado por su violencia y rapidez récord, ha causado la muerte de dos personas en Coscó (Lleida), en el primer gran fuego del año en Cataluña. Las víctimas, un granjero de 32 años y un trabajador de 45, intentaron escapar en su vehículo de una granja en Oliola, pero este se atascó en la zona en llamas. Al continuar a pie, quedaron atrapados y fallecieron, según fuentes de los Bomberos. Los cuerpos fueron hallados a unos 150 metros del vehículo, cerca de unas rocas donde presuntamente buscaron refugio.
El incendio, que se originó el martes por la tarde en dos puntos de la comarca de la Segarra (Sanaüja a las 14:00 y Torrefeta i Florejacs a las 17:00), ha afectado más de 6.500 hectáreas, aunque no todas quemadas, y fue estabilizado pasadas las 22:30. Los Bomberos apuntan como posible causa el uso de maquinaria agrícola. El fuego, descrito como de sexta generación por su capacidad de alterar la meteorología local, alcanzó velocidades de hasta 28 km/h —una de las más altas registradas en Europa— y generó vientos de 120 km/h, además de un pirocúmulo de 14.000 metros. Estas condiciones obligaron en momentos a retirar a los equipos de extinción por su comportamiento impredecible.
El fuego ha impactado varias construcciones, incluidas una masía, dos cobertizos, un pajar y granjas en Cabanabona, Granollers y Vilamajor. Un bombero resultó herido al caerle una teja durante las labores de extinción, pero ya fue dado de alta tras ser atendido en el Hospital Arnau de Vilanova. Durante la noche, una treintena de dotaciones trabajaron para estabilizar el perímetro, con apoyo de agricultores locales, en una zona mayormente agrícola.
El incendio provocó el confinamiento de unos 20.000 habitantes en varios municipios, medida que Protección Civil levantó a las 23:00 tras la mejora de las condiciones. El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, suspendió su agenda para visitar la zona y reunirse en Guissona con el jefe de Bomberos, David Borrell, y la consejera de Interior, Núria Parlón. Illa lamentó las muertes y advirtió sobre un “verano complicado” debido a la gran cantidad de masa forestal en Cataluña. “Los incendios de hoy no son como los de hace 20 años. Ni con el triple de medios habríamos podido extinguirlo de inmediato”, afirmó, destacando la necesidad de combinar prevención y gestión de zonas agrícolas y forestales.
La tragedia subraya la creciente amenaza de los incendios de alta intensidad en un contexto de cambio climático, que exige nuevas estrategias de prevención y respuesta.—Fuente: El País—
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