¿Qué significa para Colombia esta nueva escalada en las tensiones entre Trump y Petro?

La relación bilateral entre Estados Unidos y Colombia enfrenta uno de sus momentos más críticos en décadas, tras las duras acusaciones mutuas entre los presidentes Donald Trump y Gustavo Petro. Expertos en relaciones internacionales advierten que esta confrontación podría derivar en un rompimiento diplomático, con posibles repercusiones económicas y de seguridad para el país sudamericano.

Desde su residencia en Mar-a-Lago, el presidente Trump utilizó su cuenta en Truth Social para lanzar una serie de ataques directos contra su homólogo colombiano. Trump calificó a Petro como un “líder del narcotráfico” que “fomenta fuertemente la producción masiva de drogas, en campos grandes y pequeños, por toda Colombia”. Según el mandatario estadounidense, “el narcotráfico se ha convertido en el negocio más grande de Colombia, y Petro no hace nada para detenerlo, a pesar de las ayudas y subsidios a gran escala por parte de Estados Unidos”. Trump describió esta cooperación como una “estafa a largo plazo” y ordenó, con efecto inmediato a partir de este domingo, la suspensión total de toda ayuda estadounidense a Colombia.

En su comunicado, Trump enfatizó que “el propósito de esta producción de drogas es la venta masiva de narcóticos a Estados Unidos, causando muerte, destrucción y estragos”. Además, tildó a Petro de “líder poco reconocido y muy impopular”, e incluso de “muy bocón con los Estados Unidos”. Finalmente, el presidente norteamericano instó al gobierno de Palacio de Nariño a erradicar los cultivos ilícitos de manera inmediata, advirtiendo que, de no hacerlo, “será por la fuerza que lo haga la Unión Americana”.

Esta andanada verbal se produce apenas horas después de que el presidente Petro respondiera a acciones previas de Washington. Más temprano este domingo, Petro acusó al gobierno estadounidense de “asesinato” y exigió respuestas tras el último ataque aéreo en aguas del Caribe, atribuido por Estados Unidos a operaciones antinarcóticos. El sábado 18 de octubre, Washington anunció la repatriación a Colombia y Ecuador de dos sobrevivientes de ese bombardeo –el sexto desde principios de septiembre–, en el que al menos 29 personas han perdido la vida. Según fuentes oficiales estadounidenses, las embarcaciones atacadas pertenecían a redes de narcotraficantes.

El intercambio de acusaciones representa una escalada significativa en la ya tensa relación bilateral. Apenas un mes atrás, el 16 de septiembre, la Casa Blanca descertificó a Colombia en la lucha contra las drogas por primera vez en casi tres décadas, aunque inicialmente incluyó una exención para no interrumpir la asistencia. Esta medida fue vista como una reprimenda a la política de drogas impulsada por Petro, enfocada en enfoques alternativos a la erradicación forzada. Sin embargo, la orden de hoy elimina cualquier exención y suspende de facto unos 400 millones de dólares anuales en ayuda, destinados principalmente a cooperación en seguridad y antinarcóticos.

La frágil dinámica entre Petro y la administración Trump se agudizó aún más el 27 de septiembre, cuando el Departamento de Estado canceló la visa del presidente colombiano. Esta decisión siguió a un controvertido llamado de Petro, realizado en las calles de Nueva York, a la desobediencia del ejército estadounidense contra Trump.

¿Hacia un rompimiento diplomático?

Analistas consultados por Caracol Radio coinciden en que esta crisis podría precipitar un quiebre en las relaciones diplomáticas entre Washington y Bogotá. “La suspensión de ayuda no es solo simbólica; representa un golpe directo a la capacidad de Colombia para enfrentar desafíos de seguridad interna”, explica un experto en política exterior que prefirió el anonimato. Además, la confrontación verbal podría escalar a medidas más drásticas, como la declaración de persona non grata del actual embajador colombiano en Washington, Daniel García-Peña.

En el Congreso de Estados Unidos, los republicanos han intensificado la presión: han propuesto recortar en un 50% la ayuda a Colombia para el año fiscal 2026, una iniciativa que se discute actualmente en el Capitolio como parte de las negociaciones presupuestales entre demócratas y republicanos. Si se aprueba, esto agravaría el impacto económico en un país que depende de estos fondos para programas de inteligencia, entrenamiento militar y control de fronteras.

Implicaciones para Colombia: un panorama incierto

Para Colombia, las consecuencias inmediatas incluyen el congelamiento indefinido de los fondos de asistencia, lo que podría debilitar esfuerzos contra el crimen organizado y la migración irregular. A largo plazo, expertos alertan sobre una posible reducción en las inversiones de empresas estadounidenses, que representan una porción significativa del flujo de capital extranjero en sectores como energía, minería y agroindustria.

El ministro de Defensa colombiano ya reaccionó con críticas al llamado de Trump, calificándolo de “inaceptable” y defendiendo la soberanía nacional. Por su parte, Petro respondió directamente en redes sociales: “Lea bien a Colombia y determine en qué parte están los narcos”, en un intento por desviar las acusaciones hacia presuntos nexos en élites políticas opositoras.

Mientras el mundo observa esta crisis, que evoca tensiones pasadas en la región como las de la era Plan Colombia, el gobierno de Petro enfrenta el desafío de diversificar alianzas –posiblemente con Europa o China– para mitigar el vacío dejado por Washington. Sin embargo, con Trump de regreso en la Casa Blanca, el margen para la reconciliación parece estrecho. Bogotá deberá navegar este terreno con cautela para evitar un aislamiento mayor en el hemisferio.

-Fuente: Caracol Radio-

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