Petro aún no define las herramientas para justificar la conmoción interior en Norte de Santander

El país se mantiene a la expectativa tras el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre la posible declaratoria de un estado de conmoción interior, una medida excepcional que no se implementa en Colombia desde hace 16 años. Sin embargo, persisten dudas fundamentales: ¿cómo planea el mandatario utilizar esta herramienta constitucional?

La conmoción interior permite al presidente emitir decretos con fuerza de ley por 90 días, prorrogables dos veces, sin la intervención del Congreso. Esta medida está diseñada para abordar crisis graves de orden público y seguridad. Petro argumenta que la situación en el Catatumbo, marcada por el recrudecimiento de la violencia y el desplazamiento masivo, justifica esta decisión. No obstante, su gabinete, el Congreso y la Corte Constitucional deben dar luz verde al plan.

La región enfrenta un panorama desolador: más de 80 muertos, 30.000 desplazados y 43.000 hectáreas de cultivos ilícitos, según datos de la ONU. Grupos armados como el ELN y las disidencias de las FARC protagonizan enfrentamientos, mientras las morgues colapsan por el alto número de víctimas.

Aunque la medida podría incluir restricciones como toques de queda y la creación de zonas militares, expertos cuestionan si el Gobierno ya cuenta con herramientas suficientes para enfrentar la crisis sin recurrir a este mecanismo. Por ejemplo, fortalecer la presencia militar, reanudar bombardeos estratégicos y proteger a menores reclutados por grupos ilegales.

El debate también está marcado por el contexto político. Con un año restante en su mandato y en plena campaña electoral, las intenciones de Petro han generado suspicacias. Mientras tanto, los habitantes del Catatumbo piden auxilio urgente, y la Corte Constitucional deberá evaluar con rigor la legalidad de los argumentos del Gobierno.

En Bogotá, algunos sectores instan al presidente a utilizar las estrategias existentes antes de limitar las libertades ciudadanas. La incertidumbre continúa mientras el país espera respuestas concretas. –El Colombiano–

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