Torrejón de Ardoz, Madrid – Abderrahim, un hombre de 35 años de origen marroquí, falleció la noche del martes en la calle Pesquera de Torrejón de Ardoz tras ser reducido por un agente de la Policía Municipal de Madrid, que se encontraba fuera de servicio. Según fuentes cercanas a la investigación, el incidente ocurrió después de que Abderrahim presuntamente robara el móvil del agente, quien lo inmovilizó en el suelo hasta causarle la asfixia. La familia del fallecido, que residía en la localidad madrileña desde hace 19 años, asegura que Abderrahim sufría problemas de salud mental y estaba en tratamiento psiquiátrico.
Akkouh Mimou, padre de Abderrahim, relató que su hijo tenía antecedentes de problemas psicológicos, incluyendo un episodio hace dos años en el que se lanzó desde el balcón de la tercera planta de su vivienda familiar, lo que le causó graves fracturas en las piernas y lo dejó en silla de ruedas durante más de un año. “No estaba bien de la cabeza”, afirmó Mimou, visiblemente afectado, acompañado por dos de sus hijos y su yerno en el lugar de los hechos, en la calle Pesquera, donde el jueves por la mañana exigieron justicia. La familia reconoce que Abderrahim consumía drogas y había cometido pequeños robos, pero considera desproporcionada la actuación del agente. “Si robó un teléfono, que lo detengan, que lo juzguen, pero no esto”, expresó el padre.
Vecinos y amigos de Abderrahim también se reunieron en el lugar del suceso para apoyar a la familia. Un amigo, que prefirió permanecer en el anonimato, señaló que Abderrahim era conocido en la zona por cometer pequeños hurtos, pero destacó que la policía local ya lo conocía y que su delgadez extrema –pesaba unos 40 kilos– hacía innecesaria una fuerza excesiva para reducirlo. Testigos presenciales relataron que el agente mantuvo a Abderrahim inmovilizado en el suelo, mientras los vecinos grababan desde los balcones. Una vecina intentó intervenir, pero no logró detener la situación. “Era un espectáculo, nadie bajó a ayudar”, lamentó un residente del edificio frente al que ocurrieron los hechos.
Videos grabados por los vecinos, que circulan con recelo entre la comunidad, muestran desde distintos ángulos la actuación del policía. Sin embargo, muchos residentes evitaron hacer comentarios públicos por temor a represalias. En un bar cercano, en la plaza Mayor, los trabajadores declinaron hablar del incidente, aunque las palabras “robo”, “policía” y “murió” se escuchaban entre los murmullos de los vecinos. Algunos expresaron tristeza por la muerte de Abderrahim –“¡Qué pena, morir por un móvil!”–, mientras otros manifestaron preocupación por la seguridad en la localidad, especialmente ante la proximidad de las fiestas municipales, o por el estado de los agentes involucrados.
La investigación del caso está en curso, y las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial sobre las circunstancias exactas del fallecimiento. La familia de Abderrahim exige esclarecer los hechos y que se haga justicia por lo que consideran una actuación policial desmedida.—el país—
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