Gabriel Diago, especialista en formación, advierte que las universidades preparan para un mundo laboral que ya no existe y urge priorizar competencias adaptativas y aprendizaje continuo.
En un contexto de crecientes críticas al sistema educativo en Colombia, donde se cuestiona la utilidad real de los títulos universitarios frente a la realidad del mercado laboral, el experto en temas educativos Gabriel Diago analizó las principales falencias del modelo actual. En diálogo con Infobae Colombia, Diago enfatizó que la formación tradicional no responde a las demandas de un entorno profesional en constante transformación.
“El sistema fue diseñado para preparar personas que se insertaran en un mundo profesional que ya no existe. Durante décadas, las universidades formaron individuos para desempeñar funciones estables, en entornos predecibles”, explicó Diago. Según el especialista, el desafío radica en que la educación superior debe enfocarse en habilidades esenciales como aprender y desaprender, colaborar, adaptarse, pensar críticamente y generar soluciones innovadoras.
Diago destacó que el conocimiento técnico se vuelve obsoleto rápidamente, por lo que “lo verdaderamente esencial es enseñar habilidades para la vida y el trabajo”. En este sentido, criticó que un joven graduado con excelente preparación técnica, pero sin competencias humanas, enfrenta desventajas significativas en el mercado.
El experto también abordó el retorno económico de la inversión en educación superior, citando estudios que indican que un profesional promedio requiere entre ocho y diez años para recuperar el costo de su carrera, especialmente en instituciones privadas o con créditos estudiantiles. “Hoy, el diploma no puede ser el punto final; debe ser una plataforma para la actualización y el crecimiento permanente”, afirmó.
Frente a la obsolescencia de los modelos tradicionales, Diago propuso confiar en formatos no convencionales que combinen módulos cortos, experiencia práctica y acompañamiento de expertos de industrias activas. Estos enfoques permiten a los estudiantes diseñar rutas personalizadas de aprendizaje, ejecutar proyectos reales como prototipos o soluciones aplicables, e integrar áreas como la creación artística, audiovisual y tecnológica.
“La transición hacia un modelo educativo centrado en habilidades, flexibilidad y aprendizaje permanente se perfila como un factor clave para que los nuevos profesionales colombianos accedan a mejores oportunidades y se adapten a escenarios laborales cambiantes durante toda su vida”, concluyó Diago.
Esta reflexión surge en medio de debates sociales sobre la brecha entre la educación y el empleo, donde frases como “en Colombia no sirve de nada estudiar” ganan eco, especialmente al observar casos de ascensos laborales sin preparación formal.- Ifobae-
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