Bogotá, 18 de junio de 2025 – Juan Sebastián Rodríguez, un adolescente de 15 años, es el principal señalado por el atentado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá. El joven, quien disparó al menos seis veces contra Uribe, hiriéndolo gravemente en la cabeza y una pierna, tenía una vida aparentemente normal hasta hace ocho años, cuando la muerte de su madre marcó un punto de inflexión en su historia, según una investigación de El Colombiano.

Rodríguez creció en una familia de clase media en Bogotá, donde jugaba fútbol, compartía con su abuela y celebraba momentos familiares, como cumpleaños y partidos de la Selección Colombia. Sin embargo, tras la pérdida de su madre en 2017, por causas aún desconocidas, su entorno familiar se desestructuró. Su padre, quien trabajaba en reparación de autos y tenía afición por los carros deportivos, emigró recientemente a Polonia con intenciones de llegar a Ucrania como mercenario, dejando al menor sin una figura paterna. La abuela, con quien vivía, ha ingresado a un programa de protección de testigos y no se ha tenido contacto con ella desde el atentado.
El 7 de junio, Juan Sebastián, vestido con una camiseta gris y un jean ancho, recibió una pistola Glock 9 mm dentro de un Chevrolet Spark gris, donde se encontraba con otros tres cómplices, dos de ellos ya capturados: Carlos Eduardo Mora González y Katerine Andrea Martínez, alias Gabriela. En el parque El Golfito, donde Uribe realizaba un evento de campaña, el adolescente disparó ocho veces, dejando al senador en estado crítico. Durante la persecución, Rodríguez fue herido en una pierna por los escoltas de la Unidad Nacional de Protección (UNP), lo que frustró su escape. Actualmente, se encuentra bajo protección en el búnker de la Fiscalía, donde ha mencionado que actuó “por plata, para ayudar a mi familia” y señaló a “el man de la olla” como quien lo contrató.
La investigación revela que el entorno del menor, en un barrio de estrato medio de Bogotá, está influenciado por una “olla” de microtráfico cercana a un humedal, donde operan expendedores de drogas como hidromorfina y éxtasis. Este contexto, sumado a la ausencia de un núcleo familiar sólido, habría llevado a Juan Sebastián a involucrarse con el crimen organizado. Expertos como Germán Antía, doctor en ciencias forenses, explican que los menores en situación de vulnerabilidad, como Rodríguez, son presa fácil para el sicariato debido a su manipulabilidad y a las leyes penales que les permiten penas reducidas.

Mientras tanto, Miguel Uribe permanece en estado crítico en la Fundación Santa Fe, y las autoridades continúan investigando para identificar a los autores intelectuales del atentado. La captura de una mujer de 19 años en Caquetá, acusada de planificar el ataque, es un avance en el caso. Sin embargo, expertos advierten que sin una intervención estatal efectiva para proteger a menores en riesgo, casos como el de Juan Sebastián seguirán repitiéndose, alimentados por las redes de microtráfico que operan impunemente en Bogotá.—Fuente: El Colombiano—
Emisora Fusaonline