Puerto Triunfo, Antioquia – Una manada de ciervos chitales (Axis axis), una especie asiática no nativa, fue captada en video caminando libremente por las montañas del Magdalena Medio antioqueño, desatando asombro y preocupación en redes sociales. Según expertos, estos animales son descendientes de los introducidos hace cuatro décadas por el narcotraficante Pablo Escobar en su Hacienda Nápoles, un legado que hoy plantea serios retos ambientales.
El video, que se viralizó el pasado fin de semana, muestra a tres ciervos, incluido un macho con una imponente cornamenta, trepando una montaña en Puerto Triunfo. Inicialmente, la rareza de la especie llevó a especular sobre su origen, pero el biólogo David Echeverri, jefe de Bosques y Biodiversidad de Cornare, confirmó que se trata de chitales, introducidos por Escobar en los años 80. “Estos animales llevan 40 años en el territorio, y su comportamiento ya es invasor”, aseguró Echeverri en entrevista con El Colombiano.

Chitales fotografiados en la Hacienda Nápoles en los tiempos de Pablo Escobar. FOTO: ÉDGAR JIMÉNEZ
Los chitales, originarios de Asia, fueron parte de la “narcofauna” que Escobar trajo para su zoológico privado en la Hacienda Nápoles, junto con los célebres hipopótamos. Tras la muerte del capo en 1993, muchos de estos animales quedaron a su suerte, proliferando en los bosques del Magdalena Medio. En enero de 2024, Echeverri ya había alertado sobre su comportamiento invasor, señalando que, aunque no representan una amenaza tan grave como los hipopótamos, su reproducción descontrolada podría afectar a especies nativas como el venado cola blanca y la regeneración de bosques al consumir plántulas.
El avistamiento, documentado por primera vez científicamente en 2022, ha llevado a Corantioquia a incluir a los chitales en su lista de especies invasoras más buscadas. “Su tamaño, madurez sexual temprana y alta tasa de reproducción los convierten en una amenaza para los ecosistemas locales”, explicó Echeverri. Aunque depredadores como el puma y el jaguar podrían controlar su población, la falta de datos sobre su impacto dificulta diseñar un plan de manejo efectivo.
Este nuevo capítulo de la herencia de Escobar reaviva el debate sobre el manejo de especies exóticas en Colombia. Mientras los hipopótamos han captado la atención mundial, los chitales emergen como un problema silencioso pero creciente. Las autoridades ambientales instan a la ciudadanía a reportar avistamientos para monitorear su expansión y proteger la biodiversidad nativa.aaaa AA—El Colombiano—
Emisora Fusaonline