En Colombia, el sueño de tener casa propia se aleja para miles de familias de bajos ingresos. Según un reciente análisis, el 85% de la oferta de Vivienda de Interés Social (VIS) está fuera del alcance de hogares que ganan menos de dos salarios mínimos ($2.847.000). Esto se debe a que, en los últimos 15 años, el monto que las familias deben aportar de sus recursos propios para adquirir una VIS ha crecido en $110 millones, alcanzando los $170 millones en 2024 y 2025.
Un mercado inmobiliario cada vez más excluyente
Entre 2004 y 2024, los precios de la vivienda nueva y usada se dispararon un 466%, mientras que los arriendos crecieron solo un 116%, según Corficolombiana. Este desbalance, sumado al cierre del programa Mi Casa Ya, ha aumentado la dependencia de los subsidios de las Cajas de Compensación Familiar, que no logran cubrir la brecha financiera. Actualmente, solo el 8% de la oferta VIS corresponde a Vivienda de Interés Prioritario (VIP), la única opción viable para los hogares más vulnerables.
Factores que agravan la situación
La indexación del valor de la vivienda al salario mínimo es uno de los principales obstáculos. Aunque los subsidios están ligados al Índice de Precios al Consumidor (IPC), los costos de construcción y los precios de las viviendas crecen con el salario mínimo, lo que incrementa la brecha que los hogares deben cubrir. Además, el acceso al crédito es limitado: un hogar con ingresos de uno a dos salarios mínimos puede obtener un préstamo de hasta $90 millones, dejando un déficit de $80 millones que debe cubrirse con ahorros o cesantías, un esfuerzo insostenible para muchos.
Impacto económico y social
El cierre de Mi Casa Ya ha dejado a 206.161 hogares sin acceso a vivienda entre agosto de 2022 y septiembre de 2025, afectando a 577.251 personas y frenando una inversión de $60 billones, equivalente al 3,4% del PIB, según la concejal Sandra Forero. Esto no solo impacta a las familias, sino también al empleo y las empresas del sector.
Propuestas para mejorar el acceso
La Asociación Nacional de Cajas de Compensación (Asocajas) propone desvincular la indexación de las viviendas VIS del salario mínimo y ajustarla a la inflación o a dinámicas regionales que consideren el poder adquisitivo. Esto podría reducir en $45 millones el aporte necesario de los hogares. También sugieren incentivar la oferta de VIP y combinar subsidios de las Cajas con los del Gobierno para cubrir cuotas iniciales y tasas de interés.
Un llamado a soluciones estructurales
Adriana Guillén, presidenta de Asocajas, enfatizó que no basta con aumentar el valor de los subsidios, sino que se requieren soluciones estructurales para cerrar la brecha y garantizar el acceso a una vivienda digna. Mientras tanto, el país registra el mayor porcentaje de hogares en arriendo del siglo XXI, consolidando un mercado inmobiliario cada vez más inaccesible para las familias más necesitadas.
Fuentes: Corficolombiana, Camacol, Asocajas.
Fotos: Jaime Pérez, Camilo Suárez.
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