Un nuevo vuelo con 183 migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos aterrizó este viernes en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, según informó el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello. El grupo, compuesto por 157 hombres y 26 mujeres, fue trasladado desde Honduras en un avión de la aerolínea estatal Conviasa. Este es el más reciente de una serie de vuelos que, según Cabello, ha repatriado a 3.646 venezolanos desde el inicio del segundo mandato del presidente Donald Trump.
El gobierno venezolano ha intensificado sus esfuerzos para recibir a los migrantes deportados, en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos. Un punto de conflicto destacado es el caso de Maikelys, una niña venezolana que permanece bajo custodia de las autoridades estadounidenses. Las autoridades de EE.UU. aseguran, sin presentar pruebas, que sus padres, Maiker Espinoza y Yorelys Bernal, están vinculados a la banda criminal Tren de Aragua, lo que justificó su separación. Espinoza fue deportado a El Salvador y Bernal a Venezuela, donde ha negado las acusaciones y exige la repatriación de su hija.
Cabello calificó la negativa de EE.UU. a incluir a Maikelys en el vuelo como “una respuesta arrogante del imperialismo” ante las protestas en Caracas exigiendo su regreso. El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS) reiteró a CNN su postura sobre los supuestos vínculos de los padres con el crimen organizado, pero no ha proporcionado evidencias.
Este flujo de deportaciones, que incluye a migrantes enviados desde México y Honduras, refleja la política migratoria estricta de la administración Trump. Venezuela, por su parte, mantiene su disposición a recibir a sus ciudadanos, mientras critica lo que considera una criminalización de la migración. —CNÑ—
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