Pasto, Nariño – Erika Yanira Morales, una joven de 20 años oriunda de Pasto, ha conmovido a Colombia al solicitar la eutanasia tras quedar cuadripléjica debido a un trágico incidente ocurrido en 2021. A los 17 años, Erika recibió un fuerte golpe con una botella en una discoteca, lo que le causó un infarto cerebral y la dejó sin movilidad en todo su cuerpo. Desde entonces, su vida ha estado marcada por un dolor constante y la imposibilidad de recuperarse, según el diagnóstico médico.
Una vida transformada por el dolor
Erika pasó un año y siete meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) antes de despertar y enfrentar la dura realidad de su condición. Su madre, Alba Morales, relató que su hija, antes llena de vida, ahora depende completamente de cuidados médicos y no puede valerse por sí misma. “Cuando despertó, la niña había perdido la movilidad de todo su cuerpo”, expresó Alba con tristeza.
La joven se comunica señalando letras del abecedario, método que utilizó para expresar su deseo de morir dignamente. “Nos pidió que solicitáramos la eutanasia porque ya no aguanta más los dolores”, contó Tatiana Morales, hermana de Erika. La familia, aunque devastada, ha apoyado su decisión, buscando que se respete su voluntad.
El rechazo de la EPS y la lucha por una muerte digna
A pesar de que la eutanasia es legal en Colombia desde 1997, el acceso a este procedimiento sigue siendo un desafío. La EPS Emssanar, encargada de la atención médica de Erika, rechazó su solicitud, argumentando que no cumplía con los requisitos necesarios. “Ahí tengo la respuesta de lo que ellos me dijeron. O sea, no favorable”, declaró Alba Morales.
Este caso ha reavivado el debate sobre las barreras que enfrentan los pacientes para acceder a la eutanasia en Colombia, incluso cuando cumplen con los criterios legales. Según el Ministerio de Salud, la eutanasia está destinada a personas que padecen sufrimientos intensos y enfermedades incurables, y debe ser solicitada de manera libre e informada. Sin embargo, el proceso suele ser engorroso y lento, lo que agrava el sufrimiento de quienes buscan una salida digna.
Un llamado a la reflexión
La historia de Erika no solo expone las dificultades del sistema de salud colombiano, sino que también invita a una reflexión profunda sobre el derecho a una muerte digna. Su familia continúa luchando para que se respete su voluntad, mientras la joven enfrenta cada día con un dolor que, según sus seres queridos, es insoportable.
Este caso se suma a otros emblemáticos, como los de Víctor Escobar y Martha Sepúlveda, quienes lograron acceder a la eutanasia tras largas batallas legales. Mientras tanto, Erika y su familia esperan que su voz sea escuchada y que se le permita descansar en paz, tal como ella lo ha pedido.
La eutanasia en Colombia sigue siendo un tema polémico, pero casos como el de Erika destacan la necesidad de garantizar que este derecho sea accesible para quienes lo necesitan, respetando siempre la dignidad y la autonomía de los pacientes. —Noticias Caracol.—
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