José Enrique Jerí Oré, un abogado de 38 años y hasta hace poco presidente del Congreso peruano, juró este viernes como nuevo mandatario del país andino, convirtiéndose en el octavo jefe de Estado en menos de una década. Su ascenso se produce por sucesión constitucional tras la vacancia unánime de Dina Boluarte, aprobada con 122 votos a favor en el Parlamento la noche del jueves, en un contexto de creciente inseguridad, protestas sociales y fragmentación política.
En su discurso inaugural ante el Pleno del Congreso, Jerí enfatizó que asumirá con “humildad” un “gobierno de transición, de empatía y reconciliación nacional de amplia base”, con el objetivo de construir “acuerdos mínimos” para estabilizar el país. Declaró una “guerra contra la delincuencia”, señalando que las bandas criminales son “el principal enemigo” en las calles, y pidió disculpas a la ciudadanía por los errores de gestiones anteriores, especialmente a la Generación Z, que “está exigiendo cambios”. Su mandato se extenderá hasta julio de 2026, cuando asumirá el ganador de las elecciones generales de abril de ese año.
Un ascenso “accidental” marcado por polémicas
Nacido en Lima el 13 de noviembre de 1986, Jerí ingresó al Congreso en 2021 como suplente de Martín Vizcarra por el partido conservador Somos Perú, tras obtener apenas 11.000 votos en las elecciones parlamentarias. Su carrera política ha sido meteórica: presidió la Comisión de Presupuesto (2023-2024) y fue elegido presidente del Legislativo en julio de 2025 con 79 votos, convirtiéndose en el más joven en la última década. Sin embargo, expertos como el profesor Rodrigo Barrenechea de la Universidad del Pacífico lo describen como una figura “casi por casualidad” en una “democracia que se parece cada vez más a una lotería”.
Jerí no está exento de controversias. En enero de 2025, la Fiscalía Suprema de Familia abrió una investigación preliminar por presunta violación sexual contra una mujer de 31 años durante una reunión en diciembre de 2024 en Canta. Aunque el caso fue archivado en agosto, el juzgado ordenó como medida protectora un tratamiento psicológico que Jerí no cumplió, lo que derivó en una denuncia por desobediencia a la autoridad. Además, enfrenta acusaciones de enriquecimiento ilícito y corrupción relacionadas con su rol en la Comisión de Presupuesto, donde supuestamente condicionaba la inclusión de proyectos de obras públicas a pagos a su entorno. El nuevo presidente ha negado categóricamente estas imputaciones y se ha declarado dispuesto a colaborar con la justicia.
Organismos civiles y analistas cuestionan su idoneidad, alertando sobre riesgos para la credibilidad institucional. “Ningún funcionario con denuncias graves debería asumir la presidencia”, ha sido un reclamo recurrente en redes y protestas.
La caída de Boluarte y el contexto de inestabilidad
La destitución de Boluarte, quien asumió en diciembre de 2022 tras el autogolpe fallido de Pedro Castillo, responde a una crisis de violencia que culminó con el atentado contra la banda de cumbia Agua Marina durante un concierto en un recinto militar. Su gobierno, con una aprobación por debajo del 10%, enfrentó masivas protestas por la inseguridad rampante y una controvertida reforma de pensiones que obliga a los jóvenes a cotizar en fondos privados pese a la precariedad laboral (tasa de informalidad superior al 70%). Economista como Alonso Segura Vasi, exministro de Economía, califica el proceso como “tremendamente preocupante” por la fragilidad constitucional, y urge a Jerí a limitarse a garantizar elecciones transparentes y mejorar la seguridad.
Perú suma así siete presidentes en ocho años: desde Pedro Pablo Kuczynski hasta Boluarte. El politólogo Moisés Arce de Tulane University ve en Boluarte una “figura decorativa” que perdió su escudo legislativo, permitiendo al Congreso concentrar más poder.
Una economía en recuperación, pero con desafíos
A pesar de la turbulencia política, la economía peruana muestra signos positivos. Tras una recesión en 2023 por protestas y El Niño, se espera un crecimiento del 3,1% al 3,5% este año, impulsado por la producción de cobre (tercer productor mundial) y la construcción. La inflación se mantiene baja en 1,8%, y el Banco Central ha recortado tasas de interés al 5,75%. Analistas como Mali Chivakul de J. Safra Sarasin destacan la estabilidad macro, pero Segura advierte que con precios récord de materias primas, el país “debería estar volando” en lugar de recuperarse “de manera tibia”. La inestabilidad institucional, con 16 ministros de Economía en una década, daña la credibilidad fiscal a mediano plazo.
El nuevo gobierno enfrenta el reto de calmar protestas de transportistas y comerciantes contra la delincuencia, y de avanzar en la lucha contra el crimen organizado. La presidencia del Congreso recae ahora en Fernando Rospigliosi de Fuerza Popular. Barrenechea resume: Jerí representa “la continuidad de relaciones de poder en un Parlamento impopular que teme ser barrido en 2026”.
—Fuente: BBC News Mundo—
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