Israel anunció este 27 de noviembre un toque de queda temporal para los residentes al sur del río Litani, en Líbano, una medida que coincide con el retorno de miles de desplazados a sus hogares tras la entrada en vigor de una tregua de 60 días entre el país y el grupo chiita Hezbolá.
El Ejército libanés comenzó a desplegarse en las zonas fronterizas del sur, en cumplimiento del pacto que busca garantizar la estabilidad tras meses de intensos enfrentamientos. Sin embargo, la tensión persiste: al menos dos periodistas resultaron heridos por disparos israelíes, a pesar de que el alto el fuego ya había iniciado.
Un regreso marcado por advertencias y vigilancia
Mientras las familias libanesas intentan retomar la normalidad, Israel ha reiterado su exigencia de no desplazarse hacia el sur del Litani, alertando sobre posibles represalias. Por su parte, António Guterres, secretario general de la ONU, calificó la tregua como un “primer rayo de esperanza” en la región, instando a ambas partes a respetar el acuerdo.
Ataques previos y declaraciones cruzadas
En las horas previas al cese al fuego, Israel afirmó haber destruido un almacén de misiles estratégicos de Hezbolá cerca de la frontera con Siria, argumentando que el lugar era clave para el contrabando de armas. Hezbolá, por su parte, declaró su “victoria” frente a Israel y aseguró que sus combatientes permanecerán alertas ante cualquier acción hostil.
Panorama de la tregua
La tregua ha permitido que la fuerza de mantenimiento de paz de la ONU en Líbano (FPNUL) refuerce su presencia en el terreno para monitorear el cumplimiento del acuerdo. Sin embargo, persisten las dudas en la región sobre su estabilidad a largo plazo, especialmente considerando la promesa de Hezbolá de continuar apoyando a grupos palestinos en su lucha contra Israel.
El conflicto sigue siendo un foco de atención internacional, con múltiples implicaciones para la seguridad y el futuro de Medio Oriente.– France24–
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