Superar una ruptura amorosa puede ser un desafío emocional abrumador. En este contexto, el “contacto cero” se ha popularizado como una estrategia para sanar y dejar atrás a una expareja. Según el psicólogo Luis Miguel Real, experto en psicología conductual, esta técnica no solo es efectiva, sino que actúa como un “reseteo” mental para romper la dependencia emocional. Pero, ¿realmente funciona? A continuación, exploramos su perspectiva.
Real compara el vínculo con un ex con una adicción, donde cada interacción —un mensaje, una reacción en redes sociales o un simple “¿cómo estás?”— actúa como una dosis que estimula el sistema de recompensa del cerebro. “Tu ex es como una droga”, afirma el psicólogo en una publicación que se volvió viral. Mantener contacto, aunque sea mínimo, refuerza este ciclo, dificultando la recuperación emocional.
Desde la psicología conductual, el contacto cero se basa en un principio claro: lo que no se refuerza, se extingue. Al eliminar cualquier estímulo asociado a la expareja, como mensajes, fotos o interacciones en redes, el cerebro comienza a desvincular a esa persona de emociones como consuelo o placer. Aunque al inicio puede ser difícil resistir la tentación de “stalkear” o esperar un mensaje, Real asegura que la constancia reduce gradualmente la dependencia emocional. “Cuanto más tiempo pasa sin ese estímulo, menos poder tiene esa persona sobre ti”, explica.
El psicólogo también destaca el peligro del “refuerzo intermitente”, un fenómeno que ocurre cuando las interacciones con el ex son esporádicas e impredecibles, como un mensaje inesperado. Este patrón es especialmente adictivo, ya que mantiene al cerebro en un estado de alerta constante, esperando una nueva “dosis” emocional. El contacto cero rompe este ciclo vicioso al eliminar por completo estas interacciones.
Otro aspecto clave es la ruptura de rutinas asociadas al ex. Mantener contacto, incluso digital, perpetúa pensamientos intrusivos y rituales que impiden avanzar. Por ello, Real enfatiza que el contacto cero no solo ayuda a olvidar, sino que también permite recuperar el control sobre las propias emociones. “Es una declaración de independencia emocional”, sostiene.
Frente al temor de olvidar o ser olvidado, el psicólogo invita a replantear las prioridades: “Lo importante no es aferrarse al pasado, sino construir nuevos vínculos contigo mismo y con nuevas experiencias”. Así, el contacto cero se convierte en una herramienta poderosa para sanar y avanzar hacia un futuro libre de ataduras emocionales.
En conclusión, según Luis Miguel Real, el contacto cero no es solo una estrategia efectiva, sino un acto de autocuidado que devuelve el poder a quien lo practica. Aunque requiere disciplina, sus beneficios psicológicos lo convierten en un aliado clave para superar una ruptura y emprender el camino hacia la recuperación emocional.
–Fuente: Blu Radio –
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