La economía estadounidense ha iniciado el año 2025 con un traspié significativo, registrando su peor trimestre desde 2022. Según datos del Departamento de Comercio, el Producto Bruto Interno (PBI) se contrajo un -0,3% en el primer trimestre, un fuerte contraste con el crecimiento del 2,4% observado en el último trimestre de 2024. Este revés ha avivado los temores de una posible recesión, con las políticas del presidente Donald Trump en el centro del debate.
La desaceleración económica se atribuye principalmente a un aumento del déficit comercial, exacerbado por los aranceles impuestos por la administración Trump. En un intento por adelantarse a estas medidas, los consumidores estadounidenses dispararon las importaciones en un 41,3% durante el primer trimestre, mientras que las exportaciones apenas crecieron un 1,8%. Este desequilibrio comercial restó fuerza al PBI, afectando el desempeño general de la economía.
A esto se suma una reducción del gasto público, que pasó de un 4% a un -5,1% en el mismo período, lo que profundizó la contracción. Sin embargo, no todas las señales son negativas: la inversión empresarial mostró un sólido crecimiento del 9,8%, un indicio de que algunas compañías podrían estar preparándose para un entorno de precios más altos debido a los aranceles.¿Recesión a la vista?La caída del PBI ha puesto sobre la mesa la posibilidad de una recesión, un escenario que no se veía en Estados Unidos desde la crisis provocada por la pandemia en 2020. En redes sociales como X, las críticas hacia Trump son contundentes. Algunos usuarios señalan que su “fanatismo político” y su política comercial están llevando al país al borde del colapso económico, mientras que otros destacan la caída del S&P 500, que ha perdido los 5.500 puntos, como evidencia de la creciente incertidumbre.
Expertos económicos advierten que, aunque la economía aún no cumple con los criterios técnicos de una recesión (dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo), los riesgos están aumentando. La confianza del consumidor ha caído a niveles no vistos desde la Gran Recesión de 2007-2009, lo que podría traducirse en una reducción del gasto, un pilar clave del crecimiento económico estadounidense.
Las políticas de Trump, especialmente sus aranceles, han generado un clima de inestabilidad. El presidente ha defendido estas medidas como una forma de proteger a los trabajadores y las empresas estadounidenses frente a la competencia extranjera. Sin embargo, sus detractores argumentan que los aranceles no solo han encarecido los bienes para los consumidores, sino que también podrían desencadenar una guerra comercial con repercusiones globales.
Analistas señalan que la incertidumbre generada por estas políticas está afectando tanto a las empresas como a los hogares. “Los aranceles de Trump han creado un entorno en el que nadie sabe qué esperar, y eso está frenando la economía”, afirmó un economista citado por CNN. Además, las tensiones con la Reserva Federal, a la que Trump ha criticado públicamente, han añadido más presión al panorama económico.
Perspectivas inciertasMientras Wall Street y la Reserva Federal monitorean de cerca los indicadores económicos, como la inflación y el comportamiento del consumidor, el futuro sigue siendo incierto. ¿Está Estados Unidos al borde de una recesión, o logrará superar esta tormenta? Por ahora, las señales mixtas –una caída del PBI junto con una inversión empresarial robusta– mantienen el debate abierto.Lo que está claro es que las políticas de Trump seguirán siendo un factor determinante en la dirección que tome la economía estadounidense. Tanto sus defensores como sus críticos coinciden en que los próximos meses serán cruciales para determinar si el país puede evitar un nuevo capítulo de recesión. —via CNÑ—
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