El sistema de salud colombiano atraviesa una crisis financiera sin precedentes que pone en jaque la atención médica de millones de ciudadanos. Las Entidades Promotoras de Salud (EPS), responsables de gestionar los servicios médicos, enfrentan un déficit insostenible al gastar más de lo que el gobierno les entrega, una situación que se ha agravado en los últimos dos años. Esta falta de recursos ha desencadenado un efecto dominó que afecta a clínicas, hospitales, médicos, enfermeros y, principalmente, a los pacientes, quienes ven comprometida la calidad y el acceso a la atención sanitaria.

La senadora Paloma Valencia ha denunciado que el gobierno de Gustavo Petro tiene una responsabilidad directa en este colapso financiero. Según la congresista, la administración ha dejado “ahogadas” a las EPS al no realizar los pagos necesarios para su funcionamiento. “La salud de los colombianos está en riesgo”, afirmó Valencia, quien también cuestionó la reforma a la salud impulsada por el Ejecutivo. Para la senadora, esta propuesta no solo carece de soluciones efectivas para los problemas financieros, sino que además presiona a las EPS para transformarse en gestoras de salud, un cambio que no aborda las causas estructurales de la crisis
Un impacto que trasciende a las EPS
La falta de liquidez ha golpeado duramente toda la cadena de atención médica. Clínicas y hospitales luchan por mantenerse operativos ante la escasez de fondos, lo que ha provocado retrasos en los servicios y una atención deficiente para los usuarios. Asimismo, el personal médico, incluyendo médicos y enfermeros, enfrenta condiciones laborales cada vez más precarias, mientras que proveedores como laboratorios y farmacéuticas también padecen las consecuencias de esta crisis de financiamiento.
De acuerdo con datos recientes, las EPS han gastado en 2024 un promedio de 109 pesos por cada 100 que reciben del Estado, evidenciando un desbalance que amenaza su viabilidad. Este panorama ha generado un consenso entre los actores del sistema de salud sobre la urgencia de la situación, aunque las posturas difieren respecto a las causas y las posibles soluciones. Mientras el gobierno señala deficiencias en la gestión de las EPS, críticos como Valencia apuntan a la falta de pagos y a políticas gubernamentales ineficaces como los principales detonantes del problema.

La búsqueda de soluciones
La sostenibilidad del sistema de salud colombiano depende de acciones inmediatas y coordinadas. Expertos y analistas coinciden en que se requiere un diálogo constructivo entre el gobierno, las EPS y los demás actores del sector para diseñar estrategias que resuelvan la crisis financiera. Entre las propuestas se encuentra garantizar un flujo constante de recursos hacia las EPS, así como mejorar la eficiencia y la transparencia en la administración de los fondos destinados a la salud.
La crisis actual no solo pone en riesgo la salud de la población, sino que también evidencia las fallas estructurales de un sistema creado en 1993 que hoy lucha por sobrevivir. Resolver este problema será clave para evitar un colapso total y asegurar que los colombianos puedan seguir accediendo a una atención médica digna y oportuna. — El Pais—
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