En las últimas siete décadas, Colombia ha experimentado un descenso drástico en su tasa de fecundidad, pasando de un promedio de 6 hijos por mujer en los años 50 a solo 1,61 en 2024, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Esta cifra posiciona al país como uno de los de menor fecundidad en América Latina y el Caribe, reflejando un cambio significativo en las dinámicas reproductivas.
Factores detrás de la caída
Luis Mora, representante del UNFPA en Colombia, señala que este fenómeno está impulsado por múltiples factores. El mayor acceso a la educación, especialmente para las mujeres, los avances en salud sexual y reproductiva, y el reconocimiento de los derechos sexuales han jugado un papel clave. Sin embargo, causas más recientes también han influido, como la precariedad económica y laboral, el aumento en el costo de la vivienda y una percepción pesimista sobre el futuro entre las nuevas generaciones.
Cifras alarmantes en nacimientos
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reportó un total preliminar de 445.011 nacimientos en 2024, lo que representa una caída del 13,7% en comparación con los 515.549 registrados en 2023. Según Piedad Urdinola, directora del Dane, esta es la disminución más pronunciada desde que se tiene registro. Aunque la baja fecundidad comenzó en los años 70, el fenómeno se ha intensificado desde la pandemia de COVID-19.
Implicaciones demográficas
Actualmente, Colombia atraviesa un “bono demográfico”, con una mayor proporción de personas en edad productiva que dependientes, lo que podría impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, la continuidad de esta tendencia podría derivar en una población envejecida en las próximas décadas, lo que generaría presión sobre los sistemas de pensiones y salud. Urdinola enfatiza que, aunque no hay una alarma inmediata, es crucial planificar frente a estos cambios demográficos.
Avances en prevención
Un aspecto positivo de esta tendencia es la reducción de embarazos en adolescentes y niñas, lo que refleja avances en la prevención del embarazo infantil y adolescente, según el Dane. Esta disminución se observa en todos los grupos etarios, consolidando el impacto de las políticas de educación y salud reproductiva.
Perspectiva global
A pesar de la caída en la natalidad, Urdinola asegura que “la humanidad no se va a acabar”, destacando que las proyecciones globales indican un crecimiento poblacional continuo. No obstante, el caso colombiano invita a reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que trae consigo esta transformación demográfica.
—Fuente: Blu Radio—
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