Colombia y otro buen ensayo ante Irak para las Eliminatorias Sudamericanas

La Selección Colombia venció 1-0 a Irak en su nuevo ensayo, uno de los últimos antes del inicio de las Eliminatorias al Mundial de 2026, pero fue un detalle menor: lo importante es que el equipo logró salir de una trampa defensiva de esas que aparecerán por cantidades en el camino, que se repuso de sus propios excesos de control y encontró soluciones brillantes en el banquillo.

Sí, ganar siempre es buena noticia. Pero no necesariamente la mejor cuando el funcionamiento da mejores lecciones.

Era, en el papel, un exótico ensayo, con Borré y Díaz juntos en un doble 9, con Carrascal en el lugar habitual de Díaz (no Arias, que juega ahí en Fluminense), con Valoyes por la derecha y con un teórico doble 5 con Lerma y Cuadrado. Toda una novedad.

Pero fue, con el paso de los minutos, un tapón Lerma en el medio por delante de los zagueros, dos interiores, Cuadrado y Carrascal, Díaz en su sitio natural pero moviéndose frecuentemente hacia el medio y solo Borré en punta, pero más como un falso 9, entrando y saliendo para abrir espacios al guajiro y a Carrascal. Gran ensayo, que en el arranque lucía prometedor porque estaba adobado con intensidad y versatilidad.

Pero ese dominio no se transformó en opciones de gol, por más que Díaz se movió por todo el frente (no tuvo los intérpretes efectivos que tiene cuando se viste de rojo), Carrascal fue inagotable, Borré intentó sin encontrar camino al arco… ¿Mucho toque, toque y de aquello nada, como decía Vinasco? Tal cual.

La mitad de la tarea no se hizo en todo el primer tiempo, salvo un lindo centro de Carrascal a Dávinson Sánchez que salió muy desviado: no hubo un solo tiro al arco.

Vendría el segundo tiempo con un libreto muy parecido, con Díaz luchador como siempre pero sin ángulo de remate y ninguno de sus compañeros precisos en el desmarque o la ocupación de espacios de cara a puerta.
La opción más clara llegó a los 55 minutos cuando Montero erró al intentar encajar la pelota, con tan buena fortuna que el rebote se estrelló en el palo y salió. Nos salvamos.

Respondía Colombia en el tiro de esquina de Cuadrado y el cabezazo apenas arriba del travesaño pero Abdullah lo intentaba de chalaca aunque en fuera de lugar. Nueva incomoda alerta en el área de Montero, a falla de Lucumí.

Hasta que el dominio por fin fue encontrando dirección de arco y se juntaron a los 66 minutos Díaz, Borré y Carrascal, este último obligando al lucimiento del arquero iraquí: hasta que por fin llegó el gol, obra y gracia de nuevos aciertos de Lorenzo en los cambios.

Sucedió a los 76 minutos, cuando Arias apareció por derecha y metió un puñal en forma de centro en el área de Irak que atacó, viniendo de atrás, Mateo Casierra, otro recién llegado. Sí, el que desplazó a Quiñones y a Córdoba justificando su convocatoria, resolviendo un partido enredadísimo por un rival rocoso y peligroso.

Y de ahí en más, administración, tranquilidad, confianza. Colombia tuvo a un destacado Carrascal, un sacrificado Díaz y una base de alternativas con un punzante Arias, un brillante Asprilla, un oportuno Casierra, alternando con una interesante pareja de centrales entre Dávinson y Lucumí y un lateral izquierdo como Salazar que es Sub-20 y debutante pero parece que llevara años entre los mayores. Más allá del resultado, el ensayo dejó lindas sensaciones y una certeza: ¡el futuro está aquí! —- Futbolred.com

Foto: Gol Caracol

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