Carlos Lehder: el exnarco que lanza una bomba contra el ELN y las FARC

Carlos Lehder, el exnarcotraficante que alguna vez fue sinónimo de terror como cofundador del Cartel de Medellín, ha regresado al ojo público con una declaración que no pasa desapercibida. En una entrevista reciente, Lehder arremetió sin filtros contra el ELN y las FARC: “No tienen razón para existir, que se vayan a vivir a Cuba”. Sus palabras, cargadas de sarcasmo y desafío, han encendido un debate en Colombia, un país que aún sangra por las heridas de un conflicto armado que parece no tener fin.

Lehder no es cualquier voz. Liberado en 2020 tras cumplir 30 años de condena en Estados Unidos, este hombre conoce de primera mano el submundo de la violencia y el crimen que ha marcado la historia colombiana. Socio de Pablo Escobar en los días dorados del narcotráfico, su pasado lo convierte en una figura polarizante. Pero hoy, desde su libertad, no apunta sus dardos a las autoridades ni a sus antiguos enemigos, sino a dos grupos que, según él, han perdido su lugar en el presente: el ELN y las disidencias de las FARC.

“Que se vayan a vivir a Cuba si tanto les gusta el comunismo”, lanzó Lehder, en una frase que mezcla burla con una crítica mordaz. No es un comentario al azar. Cuba, históricamente, ha sido refugio y punto de encuentro para guerrilleros colombianos, especialmente durante negociaciones de paz. Pero en un país donde el acuerdo de 2016 con las FARC marcó un hito —aunque imperfecto— y el ELN sigue sembrando caos, la propuesta de Lehder suena a provocación deliberada. ¿Es una simple pulla o un reflejo de una frustración más amplia?

Colombia vive un momento crítico. Aunque las FARC como organización dejaron las armas, las disidencias y el ELN persisten, alimentando un conflicto que muchos consideran anacrónico. En este escenario, Lehder parece gritar lo que algunos susurran: la lucha armada, envuelta en discursos ideológicos, ha perdido su sentido en un mundo que ya no la justifica. Pero viniendo de un exnarco, la acusación tiene un sabor amargo: ¿con qué autoridad moral habla alguien que también fue artífice de la violencia?

Las reacciones a las declaraciones de Lehder han sido un torbellino. Para algunos, es un hipócrita consumado: un hombre que traficó cocaína y sembró muerte no tiene derecho a señalar a nadie. Otros, sin embargo, ven en sus palabras un eco del cansancio colectivo. “No tienen razón para existir” no es solo una opinión; es el grito de una sociedad agotada por décadas de guerra, secuestros y extorsión. Que lo diga Lehder, con su historial, solo añade una capa de ironía al asunto.

El gobierno, hasta ahora, guarda silencio. Pero en redes sociales y tertulias, el debate ya está encendido. ¿Es Lehder un provocador oportunista buscando relevancia? ¿O hay un trasfondo más profundo en su mensaje? Algunos especulan que podría estar intentando limpiar su imagen, presentándose como un crítico de la violencia que una vez alimentó. Otros creen que simplemente dice lo que piensa, sin filtros ni cálculos.

¿Y si Lehder tiene razón?

Más allá de quién lo dice, las palabras de Lehder invitan a una reflexión incómoda. En un país que sueña con la “paz total” —el lema del gobierno actual—, la presencia de grupos armados sigue siendo un obstáculo. El ELN negocia, pero no cede; las disidencias de las FARC se multiplican en las sombras. ¿Y si, como sugiere Lehder, su existencia ya no tiene justificación histórica ni política? ¿Y si el exnarco, desde su propia oscuridad, ha puesto el dedo en una llaga que muchos prefieren ignorar?

Lehder no ofrece soluciones ni pretende ser un héroe. Su declaración es una granada arrojada al centro del debate público, y el estallido apenas comienza. En un Colombia dividida, donde la paz sigue siendo una promesa esquiva, incluso la voz de un exnarcotraficante puede obligarnos a mirarnos al espejo. ¿Provocación vacía o verdad cruda? Eso lo decidirá el tiempo, pero una cosa es segura: Carlos Lehder, una vez más, ha sabido cómo hacer temblar el tablero. —Infobae —

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