En las últimas semanas, Estados Unidos ha intensificado las redadas contra migrantes a las puertas de las cortes de inmigración, generando una ola de temor y críticas entre defensores de los derechos humanos. Miles de personas, que acuden a estas audiencias para resolver sus solicitudes de asilo, se enfrentan a detenciones inmediatas por parte de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras el rechazo de sus casos.
Un caso emblemático es el de Oscar Gato Sánchez, un cubano de 25 años detenido al salir de una corte federal en Houston, Texas. Minutos antes, un juez desestimó su solicitud de asilo, y al abandonar el tribunal, fue arrestado por agentes del ICE. “¡Soy un ciudadano cubano injustamente arrestado!”, gritó Gato mientras era trasladado a un centro de detención en Conroe, a 80 km de Houston, según registros oficiales. Su tía, Olaidys Sánchez, residente legal en Texas, expresó su desesperación: “No sé qué hacer”, dijo entre lágrimas.
Desde el regreso de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025, el ICE ha recibido autorización para operar dentro de los tribunales de inmigración, una práctica que se ha extendido a ciudades como Nueva York, San Antonio, Seattle, Phoenix, Dallas, Miami, Chicago, Los Ángeles y Maryland. En San Antonio, medios locales capturaron imágenes de una madre suplicando ayuda para recoger a sus hijos de la escuela mientras era detenida, y otra despidiéndose de su hijo pequeño antes de ser llevada en una camioneta.
Según la abogada Bianca Santorini, quien defendió a Gato, los agentes del ICE son informados desde dentro de las salas sobre los casos desestimados, lo que les permite actuar selectivamente. “No revisan la documentación de todos, saben exactamente a quién detener”, afirmó. Esta táctica se basa en una disposición de la administración Trump que permite deportar a migrantes sin estatus legal que hayan estado en el país menos de dos años y no tengan casos pendientes.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó a Univision Noticias que estas detenciones forman parte de una estrategia para acelerar las deportaciones, enfocándose en quienes no demuestren un “miedo creíble” que justifique su permanencia. En solo dos días, al menos 50 migrantes fueron arrestados a la salida de cortes en nueve ciudades, algunos rodeados por hasta diez agentes.
Las redadas han desatado protestas en Los Ángeles, donde la comunidad latina ha protagonizado manifestaciones que derivaron en enfrentamientos con la policía, cortes de calles e incendios. El centro de la ciudad fue declarado zona de reunión ilegal, y decenas de personas han sido detenidas. La Guardia Nacional fue desplegada sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom, avivando las críticas. En San Antonio, Texas, también se han programado movilizaciones, y el gobernador Greg Abbott anunció el envío de tropas estatales.
Organizaciones como FIEL, que defiende los derechos de los migrantes, denuncian que estas detenciones traicionan la buena fe de quienes comparecen ante los tribunales. “Están intentando hacer lo correcto y son castigados por ello”, señaló César Espinosa, director de la ONG. Activistas destacan la contradicción de una sociedad que celebra las detenciones, pero ignora el aporte de los migrantes en trabajos esenciales.
Además de las redadas, Trump ha anunciado restricciones de ingreso para ciudadanos de 19 países, incluyendo Cuba, Haití y Venezuela, y ha impulsado deportaciones masivas, como la de 252 venezolanos enviados a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador. Estas medidas, junto con la cancelación de programas como el Estatus de Protección Temporal (TPS) para países como Nepal y Camerún, reflejan una política migratoria más dura.

Agentes federales se preparan para acercarse y detener a una persona (centro) tras una audiencia de inmigración en el Edificio Federal Jacob K. Javits el 11 de junio de 2025 en la ciudad de Nueva York. Agentes federales arrestan a inmigrantes durante los registros obligatorios, mientras el ICE intensifica la aplicación de medidas de seguridad tras las audiencias en los tribunales de inmigración. La administración Trump ha ordenado a los funcionarios que aumenten las detenciones a 3000 migrantes al día.
AFP
Abogados y defensores de migrantes, como Kelli Stump de la Asociación Nacional de Abogados de Inmigración (AILA), califican estas tácticas como una “traición al debido proceso”. Mientras tanto, en las cortes, la presencia de agentes del ICE, algunos con rostros cubiertos y sin identificación visible, genera un clima de miedo que disuade a muchos de acudir a sus citas, lo que a su vez acelera sus órdenes de deportación.
Esta situación ha transformado los tribunales de inmigración en un foco de tensión, donde el sueño de miles de migrantes se desvanece entre arrestos y deportaciones, dejando tras de sí familias separadas y comunidades en resistencia.
—Fuentes: BluRadio, AFP, Univision Noticias, The Washington Post—
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