En una era donde los relatos de “hackeos” por un simple clic inundan las redes sociales, surge la pregunta inevitable: ¿es posible que una visita inocente a una página web deje tu cuenta bancaria en cero? Según expertos en ciberseguridad, la respuesta es un rotundo no… al menos no sin tu complicidad involuntaria. En mi opinión, esta narrativa alarmista no solo genera pánico innecesario, sino que distrae de los verdaderos culpables: nuestra propia ingenuidad y la sofisticación criminal que explota la confianza humana.
El análisis de ESET Latinoamérica desmonta el mito con precisión quirúrgica. Sistemas operativos modernos como iOS y Android, junto con navegadores actualizados, erigen barreras infranqueables contra instalaciones automáticas de malware. Un clic en un enlace no equivale a una sentencia de ruina financiera; requiere, invariablemente, una acción del usuario: introducir credenciales en sitios falsos que imitan bancos o plataformas de comercio, o descargar archivos maliciosos disfrazados de ofertas irresistibles, como apps para contenido gratuito o préstamos express.
Aquí radica mi crítica principal: culpar al “clic” es una simplificación peligrosa que absuelve a los usuarios de responsabilidad. En realidad, las infecciones digitales –desde spyware que captura teclas hasta troyanos bancarios– prosperan en la ingeniería social, no en magia tecnológica. Técnicas como drive-by downloads, malvertising o exploit kits solo triunfan en dispositivos obsoletos, con vulnerabilidades sin parchear. ¿Por qué, entonces, tantos caen? Porque el engaño es maestro: un correo que suplanta a tu banco o un sitio que promete el mundo gratis activa el instinto humano de la codicia o el miedo.
En mi visión, esto revela una falla sistémica mayor. Bancos y plataformas deberían invertir más en educación proactiva, no solo en alertas reactivas. Imaginen campañas que simulen estafas en tiempo real para entrenar a los usuarios, en lugar de depender de antivirus pasivos. ESET lo dice claro: la prevención es 90% comportamiento humano y 10% tecnología. Opino que ignorar esto perpetúa un ciclo vicioso donde las víctimas se multiplican, mientras los ciberdelincuentes evolucionan.
No subestimes el riesgo, pero tampoco vivas en paranoia. Actualiza tus dispositivos, verifica URLs con ojo crítico y nunca entregues datos sin doble autenticación. El “clic maldito” no existe; existe la elección informada. En un mundo digital, la verdadera infección es la complacencia.
(Opinión basada en el informe de ESET Latinoamérica y tendencias cibernéticas globales. Fuente referenciada: BluRadio).
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