Un grupo de 16 exjefes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), incluyendo a Salvatore Mancuso, anunció su renuncia al rol de gestores de paz designado por el presidente Gustavo Petro, debido a profundas diferencias con el comisionado de Paz, Otty Patiño, y su equipo. La decisión, comunicada mediante una carta, se fundamenta en el incumplimiento de compromisos, falta de transparencia y dilaciones por parte de la Oficina del Consejero Comisionado de Paz (OCCP).
El pasado 12 de noviembre, Petro había nombrado a 18 exintegrantes de las AUC como gestores de paz con el objetivo de cerrar el proceso iniciado con el Acuerdo de Santafé de Ralito en 2003, durante el gobierno de Álvaro Uribe. Este pacto buscó la desmovilización de los paramilitares, pero, según los exjefes, quedó inconcluso, especialmente en la entrega de bienes a las víctimas y la verdad sobre el conflicto. Petro propuso reactivar una mesa de diálogo para “finiquitar” este proceso, pero los exparamilitares denuncian que la OCCP no ha mostrado compromiso real para materializar esta iniciativa.
En la carta, los exjefes, entre los que se encuentran figuras como Ramiro ‘Cuco’ Vanoy, Rodrigo Tovar (‘Jorge 40’), Carlos Mario Jiménez (‘Macaco’) y Diego Fernando Murillo (‘Don Berna’), señalan que la OCCP incumplió plazos, como la instalación de la mesa de cierre de Ralito, prometida para mayo de 2024. Además, critican la “falta de voluntad política” y la negativa de Patiño y sus asesores, Álvaro Jiménez y María Paz Lara, a reconocer la existencia del pacto de Ralito, contradiciendo evidencia histórica y judicial.
El 30 de abril de 2025, se instaló en Montería una mesa de conversación liderada por María Gaitán, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, y no por la OCCP, lo que generó tensiones internas en el gobierno. Tras discusiones, se decidió que la OCCP retomaría el control, pero los exjefes aseguran que las dilaciones continuaron, incluyendo la cancelación unilateral de una reunión plenaria clave en Bogotá.
A pesar de las dificultades, los exparamilitares reafirmaron su compromiso con la paz y solicitaron un diálogo directo con el presidente Petro para avanzar en la reconciliación. Entre los logros de la mesa instalada, destacan acuerdos con la Unidad para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y un pedido público de perdón a las víctimas.
La renuncia de los exjefes, sumada a las previas de Ramón Isaza y Hebert Veloza (‘H.H’) en mayo, pone en entredicho el avance de este proceso, evidenciando tensiones dentro del gobierno en su apuesta por la “paz total”. Los exparamilitares insisten en que no abandonarán su compromiso con la reconciliación, pero exigen un canal directo con el presidente para superar los obstáculos impuestos por la OCCP.—Fuente: El Espectador—
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